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Personajes ilustres de la RSEAP de Valencia

Destacado político valenciano que vivió una de las etapas más importantes y decisivas de la ciudad de Valencia. Abogado de profesión, pronto inició su incursión en la vida política, adscribiéndose al Partido Moderado, siendo designado consejero provincial en 1862 hasta 1863. En 1864 fue nombrado Presidente del Consejo Provincial, y un año más tarde Gobernador interino de la ciudad de Valencia, momento en el que llevó adelante el polémico ensanche de la ciudad derribando las antiguas murallas de Valencia. Fue Diputado a Cortes, vicepresidente del Círculo Alfonsino de Valencia, y tuvo un papel muy destacado en la organización del pronunciamiento del general Martínez Campos de 1874. Miembro de la Diputación de Valencia, colaborador de la Constitución, y parlamentario, fue designado en 1884 Director General de Registros y Subsecretario de Gracia y Justicia. Fue miembro de la Compañía de Ferrocarriles de Almansa a Valencia y Tarragona, auspiciada por José Campo, del que era su letrado; fue Decano del Colegio de Abogados de Valencia; y se vinculó a Lo Rat Penat, del que murió siendo su Presidente. Cirilo Amorós perteneció al selecto grupo de socios de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, junto al marqués de Campo, Navarro Reverter, y otros, que llevaron adelante el proyecto del primer ferrocarril valenciano, y la Caja de Ahorros de Valencia, entre otros importantes hitos.mple Description
En el ámbito del derecho romano una figura, la de José Berní y Catalá, destacó de forma notable en el siglo XVIII valenciano. Doctor en Leyes por la Universidad de Valencia en 1735, Berní y Catalá, fue muy crítico hacia la actividad de su profesión en Valencia. En su opinión, el modo de abogar en la ciudad contaba aún con reminiscencias medievales, los abogados actuaban sin excesiva preparación, faltos de normas que reglasen sus actuaciones y carentes de una verdadera responsabilidad colectiva, competencia desleal, y litigios interminables, que hacía necesaria una profunda reest ructuración profesional, que le llevó a redactar El abogado instruido en la práctica civil (1738), donde, se propuso, al tiempo que daba una breve información técnica, apuntar para su posible corrección todos los males que afectaban al ejercicio cotidiano de la profesión de abogado. Escrita cuanto contaba con veintiséis años, le granjeó algunas críticas del gremio que le consideraron desde entonces como un jovenzuelo soberbio y molesto, si bien también contó con importantes apoyos. La obra tuvo dos ediciones, esta de 1738 y otra en 1763. Además, nos dejó escrito un Manual de testar, dividir y partir (1739), obra corta pero saturada de contenido, donde compendia, aclara y razona todo lo relativo a una práctica vacilante y contradictoria existente entonces sobre materia sucesoria. De sus últimas obras destacó El abogado penitente y el pleyto más importante (1747), donde, de nuevo los fines moralizantes de Berni trataron de salir a la luz a través de esta obra, donde fustigó contra los abusos y corruptelas existentes entre los abogados y escribanos. En esta misma línea de perfeccionar la formación del ab ogado, Berní y Catalá inició las gestiones para crear en Valencia un Colegio de Abogados, que fundó en el año 1759. De gran importancia fue también su obra Instituta civil y real (1745), obra para brindar a los juristas los instrumentos necesarios para formarse en los principios del Derecho romano teórico y práctico; la Práctica criminal (1765), donde comp endiaba todo el material elaborado por sus antecesores, dando a sus compañeros un nuevo instrumento de trabajo, cuya general aceptación quedó demostrada por las dos ediciones que la obra consiguió, ésta de 1765, y la primera del año 1749; y el Resumen de los privilegios, gracias y prerrogativas de los abogados españoles (1764), donde Berní consideraba a los abogados como individuos que ejercían un verdadero cargo público, y que por ello merecían cierta consideración y distinción.
Hablar de la historiografía romántica en Valencia es hablar de Vicente Boix, cuyas obras constituyen clásicos de la literatura valenciana. Con una importante formación religiosa bajo los escolapios, tomó los hábitos en 1827, que abandonaría unos años más tarde. A partir de entonces toma parte activa en los acontecimientos políticos valencianos luchando contra los carlistas. En 1838 viaja por Europa y conoce el movimiento Romántico y a sus principales miembros, como Chateaubriand, y Victor Hugo, entre otros. De regreso a Valencia colabora activamente con los liberales y republicanos e inicia su carrera como escritor en periódicos como Eco del Comercio, La Tribuna, El Cisne, El Fiscal y el Diario Mercantil de Valencia. Partidario de severas reformas económicas y políticas en la ciudad de Valencia, en 1843 formó parte de la Junta de Salvación que se sublevó contra el regente y otorgó el poder al general Narváez. Unos años más tarde, en 1847, obtuvo la cátedra de Historia en la Universidad de Valencia, y fue nombrado Cronista de la Ciudad. Desde 1863 publica el Museo Literario, antecedente de la Renaixença valenciana. Fue Presidente de la Real Academia de San Carlos, Socio de Mérito de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, Presidente de la Sección de Literatura de la RSEAP, con la que colaboró muy activamente en proyectos como la Sociedad Arqueológica Valenciana, entidad fundada por la RSEAP. Además contó con el apoyo de la RSEAP en la publicación de algunas de sus obras, como una Historia Universal para niños. Nos dejó diversas obras entre las que destacan su clásica Historia de la ciudad y reyno de Valencia, El Encubierto de Valencia, la Historia de Játiva, sus rarísimas Cartas eróticas desde la cárcel, o sus interesantes estudios históricos sobre Alicante, Sagunto y sobre los fueros valencianos.
Mariano CabrerizoFue uno de los más destacados editores e impresores valencianos del siglo XIX, e introductor del Romanticismo en Valencia. Aragonés de nacimiento, pronto regentó algunas de las principales librerías y tertulias de Zaragoza, entrando en contacto con lo más granado de la intelectualidad zaragozana del momento. A los 16 años marchó junto a Joaquín Company a la archidiócesis de Valencia, donde continuó cultivando su afición libraria y editorial enel taller de encuadernación de Benito Carsí. En 1810 ya regentaba una librería propia en la Plaza del Patriarca, que se convirtió en centro de los intelectuales liberales valencianos, como los Salvá y Villanueva, entre otros. Su vinculación al liberalismo le valió el destierro durante la monarquía de Fernando VII, regresando a partir de 1820.
Político y filantrópico valenciano. Hablar del marqués de Campo es narrar la historia política y económica valenciana del siglo XIX, de la industrialización y del mundo financiero. Diputado, senador y Alcalde de Valencia, José Campo poseía una importante formación económica y financiera fruto de sus viajes por Europa que le valieron su ascendencia como Alcalde de la ciudad, cargo que mantuvo hasta 1847, para dedicarse de pleno a sus actividades mercantiles en Valencia. Así, en 1846 fundó la Sociedad Valenciana de Crédito y Fomento, el primer banco español de inversiones. Promovió la Sociedad de Conducción de Aguas Potables, el alumbrado de gas, y el adoquinado de la ciudad. Pero fue la empresa de ferrocarriles la que le llevó más tiempo y dinero, y para la que contó con la inestimable ayuda de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de la que era socio, y que aportó ayuda financiera y asesoramiento a tan magna empresa. Fue en 1850 cuando el marqués de Campo entró en el floreciente negocio de los ferrocarriles, comprando los derechos de la línea del Mar a Xàtiva y en 1852 constituyendo la Sociedad de Ferrocarriles del Grao a Játiva, primer ferrocarril valenciano. Por estos años adquiere el diario La Opinión, donde coloca al joven Teodoro Llorente, y consigue la concesión del ferrocarril de Valencia a Tarragona. En 1864 funda la Sociedad Central Española de Crédito. La crisis financiera de 1866 le lleva a liquidar sus Sociedades de Crédito valenciana y española, y a ceder la cabecera de su periódico, que a partir de ahora se llamara Las Provincias. Su activismo político le granjeó importantes problemas durante el Sexenio revolucionario, la República, hasta la Restauración de Alfonso XII que le concedió el título de marqués de Campo. Es por entonces cuando consigue el apoyo del Partido Conservador y de importantes amigos, como Navarro Reverter, con el que fundará en 1878 la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, y en 1881 la fundación del Banco Peninsular Ultramarino con el objeto de financiar sus negocios en las colonias, donde obtuvo en 1881 la concesión del Correo del Seno de Méjico, que unía Cuba y Puerto Rico con Veracruz y otros puntos del Golfo, creando para ello una importante flota de vapores que actuaron en América, y en diversos puntos de Asía y el norte de África.
Botánico valenciano. Inició Cavanilles su formación en el Colegio jesuita de San Pablo de Valencia donde se formó en gramática y humanidades, y en 1759 inició su formación universitaria en filosofía. En 1765 obtuvo el bachillerato en artes, y en 1765 se doctoró en Teología en Gandía. Optó a la cátedra de Lógica en la Universidad de Valencia, si bien finalmente no pudo conseguir. Fruto de esta primera etapa fue la amistad que tuvo con importantes intelectuales como Vicente Blasco, Juan Bautista Muñoz, Juan Andrés y Carlos Andrés, entre otros. En 1770 entró al servicio de Teodomiro Caro de Briones, oidor de la Audiencia de Valencia, como preceptor de su hijo, con el que se trasladó a Oviedo, y posteriormente a Madrid, donde se integró plenamente en el círculo de Pérez Bayer. Tras el fallecimiento de Caro de Briones, Cavanilles marchó a Murcia donde consiguió la cátedra de Lógica del Seminario de San Fulgencio. En 1776 la fama adquirida le permitió entrar al servicio de la casa del Duque del Infantado como preceptor de sus hijos, con quienes se trasladó a París en 1777. Allí tuvo la oportunidad de formarse con la vanguardia de la botánica europea y visitar los principales jardines botánicos. Así, conoció la obra de autores como Lamarck, Buffon, y Jussieu, entre otros; asistió a las reuniones de la Academia de Ciencias, y se codeó con ilustrados de la talla de Diderot, D´Alembert, Rousseau, Raynal, etc. Su estancia en la capital francesa coincidió con la publicación de la Encyclopédie Méthodique, de cuyas tiradas informó a sus numerosos amigos. Fue en París donde redactó sus principales obras botánicas, Monodelphiae (1785-1787), y Icones et descriptiones plantarum (1791). Cavanilles regresó a España en 1789, en pleno estallido de la Revolución Francesa, y ante el peligro de "contaminación" fue encomendado por Floridablanca para realizar las famosas Observaciones sobre la Historia natural… del reyno de Valencia (1795-1797). En 1799 fundó la primera revista científica de Ciencias Naturales de España, los Anales de Historia Natural, y en 1801 fue nombrado Director del Real Jardín Botánico de Madrid. En el intervalo de estos años, concretamente de 1802 a 1803, encontramos a Cavanilles como socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, que custodia algunas de sus obras y papeles originales.
Arzobispo de Valencia. Estudió filosofía en Calatayud con los Padres Carmelitas, Mercedarios y Dominicos, y teología en los Colegios Universitarios de Alcalá, hasta 1740, y Sigüenza, graduándose en las Facultades de Artes y Sagrada Teología. Recibió el orden sacerdotal en Sigüenza, donde aprobaría la oposición a la canongía magistral de Púlpito. En 1755 ocupó el cargo de canónigo en Toledo, donde, junto al cardenal Lorenzana inició sus primeras incursiones en los estudios bíblicos, creando una Academia de Historia Eclesiástica. Además, dirigió el Hospital toledano de niños expósitos de la Santa Cruz, que contaba con una fábrica de lanas anexa para que los jóvenes pudieran aprender un oficio. En 1764 fue nombrado obispo de Puebla de los Ángeles (Méjico), donde desarrolló una intensa actividad pastoral. Este mismo año consiguió que las bibliotecas de los colegios jesuitas, en peligro de desintegración por la expulsión de la orden, pasaran a la Biblioteca Palafoxiana, a la que donó sus libros y en la que mandó fabricar la bella estantería de tres niveles donde reposan los libros. Fue promovido por Carlos III arzobispo de Valencia en 1773. Fundó el Seminario de Valencia y contribuyó a las obras de reforma de la catedral, costeando las capillas de Santo Tomás de Villanueva y de la Purísima Concepción. En Valencia prodigo sus dotes de ilustrado e intelectual. Fue uno de los promotores de la fundación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, muchos de cuyos premios que instituyó esta corporación a trabajos y memorias de utilidad pública fueron donados por el arzobispo. Introdujo en la Península el cultivo del cacahuete o maní traído de América, que formaba parte de sus extenso Jardín Botánico formado en Puzol, coadyuvando también a la introducción en España del telar francés de Vaucanson, instando a los sacerdotes de su diócesis a que lo propagasen. Promocionó las fábricas de loza de Manises, fomentó la edición de libros, apoyó a la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos y a la Universidad de Valencia, dotándola económicamente, pero con la que alentó conflictos internos, obstaculizando el Plan de Estudios de 1786. Promovió la creación de escuelas en la ciudad. Tras el estallido de la Revolución Francesa facilitó el acceso de más de 600 eclesiásticos franceses en la ciudad de Valencia, lo que enturbió el panorama político y social de la ciudad. En 1794 padeció la persecución del capitán general de Valencia, duque de la Roca, renunciando al arzobispado, teniendo que huir de la ciudad y regresar a su pueblo natal.
Religioso escolapio y pedagogo. Formado bajo los escolapios de la Provincia de Aragón, pronto fue enviado a Roma a continuar sus estudios, donde aprendió las lenguas griega, hebrea y latina y las Matemáticas, y se doctoró en Teología. De regreso a España ejerció la docencia en Daroca y Valencia, y fue nombrado Prefecto en 1769, y Director del Colegio y Seminario Andresiano de Valencia, donde gozó de gran fama y prestigio intelectual. Fue Provincial de Aragón, calificador del Santo Oficio y rector del Colegio de San Joaquín de Valencia. En 1787 el monarca Carlos III le designó para dirigir el proyecto de reforma de los estudios universitarios en España. Influyó decisivamente en el ambiente cultural de la ciudad de Valencia y concretamente en el Plan de Estudios del rector Blasco. Fue socio y uno de los fundadores de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, en la que leyó en 1799 un Elogio histórico de Don Luis Urbina, Director que fue de la Real Sociedad Económica con la que colaboró muy activamente, incentivando la relación de la RSEAP con otras Academias españolas y europeas, proponiendo la introducción de nuevos cultivos en Valencia, y potenciando la necesidad de crear nuevas poblaciones en el antiguo Reino de Valencia, entre otras actuaciones. Es autor de un gran número de obras religiosas y lingüísticas.
Industrial y técnico textil. De orígenes humildes, su enriquecimiento vino al parecer de su matrimonio con las integrantes de dos importantes casas comerciales valencianas. Fue designado vocal de la Junta de Comercio de Valencia entre 1769 a 1776. Desplegó una intensa actividad en la corte de Carlos III en la que mostró las excelencias de la industria sedera valenciana, que le valieron su nombramiento en 1777 como inspector general de las fábricas de seda de Valencia, y como vocal vitalicio de la Junta de Comercio de Valencia. Sabemos que viajó por varios países. En París trabajó en una de las mejores fábricas de tejidos de seda. Estudio en Lyon los secretos de la fabricación de la seda, descubriendo el modo de dar las aguas a los tejidos y perfeccionar los muarés. Poseía grandes conocimientos acerca de la producción, manufactura y comercialización de la seda, que fabricó en ingentes cantidades y de excelente calidad, exportándola a diversos países. También tuvo una destacada actuación en la vida municipal valenciana, al fundar en 1777 el Cuerpo de Vigilantes Nocturnos. Nos dejó escrita una magnífica y bellamente ilustrada obra, Instrucción metódica sobre los muarés (1790). Fue socio y activo colaborador de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, a la que informó de todos sus proyectos.
Arquitecto valenciano. Fue discípulo de Tosca, con quien estudió arquitectura y matemáticas. Teniente director de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, director de arquitectura en 1768 y director general en 1787, trabajó con su cuñado Felipe Rubio. Su arquitectura evolucionó desde el barroco hasta el neoclasicismo y el academicismo. La influencia de Tosca es evidente en sus primeras obras, en especial en La Aduana, hoy Palacio de Justicia (1758-1760), y en la remodelación de la Capilla de San Vicente Ferrer en Santo Domingo. Su obra más conocida es la remodelación neoclásica del interior de la catedral de Valencia, donde redujo el número de capillas. También, levantó la Capilla de San Vicente Ferrer y la Celda de San Luis Beltrán en el Convento de Santo Domingo, y las Escuelas Pías en Valencia, además de las parroquiales de Turis, Gestalgar, Callosa d´Ensarrià, Nules, y la ermita y la casa del Conde de Villapaterna. Fue socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia.
Periodista y escritor. En 1850 se graduó de Bachiller en Filosofía, y seis años más tarde en Jurisprudencia, licenciándose en la Facultad de Valencia en 1858. Poeta nato y fácil versador, pronto se dedicó a la escritura, y siendo un niño, en 1850, publicó su primera poesía. Alternó sus estudios de Derecho con los de Literatura y en 1857 publicó en "El Conciliador" de Pascual Pérez y Rodríguez su primera producción en valenciano: "Camina enllà". Durante tres años ejerció su carrera con un marcado desinterés, hasta que en 1861, D. José Campo compró el diario "La Opinión" y solicitó de Llorente que se encargara de dirigirlo, renovando la redacción. Por motivos políticos, el diario fue sancionado, y en 1866 aparece bajo su dirección, "Las Provincias", diario que desde un principio trabajó en pro de las mejoras materiales y espirituales de Valencia. Le sucedió al frente del diario su hijo Teodoro Llorente Falcó. Desde su posición conservadora promovió la escisión de Francisco Silvela y Cánovas. En 1880 fundó la "Revista de Valencia"; publicó en 1885 su "Llibret de versos" y escribió los dos volúmenes correspondientes a "Valencia", siendo nombrado cronista de la ciudad. Con anterioridad, en la Feria de Julio de 1878, junto con Llombart, Querol, Bodria, Labaila y otros valencianos fundó la sociedad Lo Rat Penat. Está considerado como una figura clave de los escritores de la Renaixença Valenciana. Fue traductor a la lengua española de autores como Byron, Goethe, Victor Hugo, Voltaire, y Schiller. Fomentó una tertulia literaria con el concurso de Sanchis Sivera, Chabás, Serrano Morales, Martínez Aloy, etc. En 1896 fue senador, y diputado en Cortes en 1891 y 1899. Fue socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, a la que presentó diversos proyectos, como el relativo al establecimiento de escuelas corales, al fomento de la actividad portuaria de Valencia y a su comercio exterior, y el referente a la necesidad de suscripción de la Sociedad a diversos periódicos.
Jurista e historiador valenciano. Sus primeros años los pasó entre Oliva y Barcelona, donde huyó su familia al ponerse del bando del Archiduque Carlos. Allí Mayans se formó en el Colegio jesuítico de Cordelles, hasta 1713 en que fue enviado a Oliva, donde entró en contacto con los libros jurídicos. Se matriculó en la Universidad de Valencia, donde obtuvo el bachillerato en artes, y en 1716 ingresó en la Facultad de Derecho. Por entonces ya había entrado en relación con una destacada pléyade de intelectuales valencianos, como Tosca, Corachán, e Íñigo, entre otros. En 1719 marchó a Salamanca a mejorar su formación jurídica, obteniendo el bachillerato en Leyes. Ya en 1723 obtiene la cátedra de Código de Justiniano en la Universidad de Valencia que regentó hasta el año 1733. Es por entonces cuando publica un gran número de obras jurídicas que traspasan el ámbito español, inicia la edición de las obras de los humanistas castellanos y valencianos del siglo XVI, y contacta con algunos de los principales ilustrados españoles (Feijoo). Ya en 1733 consigue la plaza de Bibliotecario real y marcha a Madrid, desde donde esgrime sus proyectos de reforma cultural y religiosa del país, que le granjearon numerosas enemistades. En 1739 dejó Madrid y se retiró a su Oliva natal. Es entonces cuando inicia una gran apertura y relación epistolar con toda Europa, con intelectuales de Italia, Francia, Alemania, Inglaterra, Dinamarca, y Holanda, entre otros, donde se editan varias de sus obras. En 1766, Mayans recibe el premio a toda una vida dedicada al cultivo de las letras españolas: el rey Carlos III lo nombra Alcalde de Casa y Corte, cargo honorario dotado de una pensión vitalicia de 22.000 reales. Por estos años participó muy activamente en la reforma de la Universidad de Valencia, redactando un Plan de Estudios que finalmente no se aplicó, pero que fue similar al Plan Blasco de 1787. Sus últimos años los pasó formando a una importante generación de ilustrados valencianos, como Juan Bautista Muñoz, Cavanilles, Cerdá Rico, y el propio Blasco, futuro rector de la Universidad de Valencia. Es autor de un gran número de obras jurídicas, históricas, y religiosas. Sabemos que Mayans fue socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, en la que ingresó en el año 1776.
Fue el grabador más importante de Valencia en el siglo XVIII. Hijo del afamado impresor Benito Monfort, creó la Escuela de Grabado de la Real Academia de San Carlos en 1753, que se instaló en las aulas de la Universidad de Valencia. En 1773 lo encontramos dando clases de grabado en la Real Academia de San Carlos. En 1775 llegó a ser nombrado Director de la Academia de San Carlos y Académico de mérito de la de San Fernando. Fue también Tesorero-Administrador de la Real Biblioteca, y Director de la Imprenta Real y Fundición en 1784. Intervino en la fundación de la Calcografía Real (1789), y colaboró muy activamente como grabador en algunas de las obras más bellamente editadas en la España del siglo XVIII, como el Salustio de Joaquín Ibarra (1772). Fue socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia.
Destacado político y financiero valenciano. Su carrera política comenzó siendo Diputado a Cortes en 1886, ingresando posteriormente en el Partido Conservador, y siendo designado Senador vitalicio por el gobierno de Silvela, hasta el golpe de Estado de 1923. En 1890 fue nombrado Director general de Contribuciones Indirectas, y ocupa diversos cargos en el Ministerio de Hacienda, siendo nombrado ministro en 1895 y 1897, cargo éste que revalidará en años posteriores, bajo los gobiernos de Canalejas y el conde de Romanones. En 1911 es embajador en el Vaticano, y unos años más tarde, en 1913, es nombrado Presidente del Consejo de Estado. Además, como Ingeniero de Montes, fue profesor de Geodesia, Mecánica y Química en la Escuela de Ingenieros de Montes. Si su actividad política fue destacada no menos lo fue su faceta financiera y de participación en importantes eventos económicos de la ciudad de Valencia. Así, junto al marqués de Campo, Cirilo Amorós y Eduardo Pérez Pujol, socios todos ellos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, fundan la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia, actual Bancaja; funda la Compañía de gas de Alcoi, dirige la fábrica de gas de Valencia y construye el ferrocarril Carcaixent-Gandía-Denia. Fue director de la Sociedad Valenciana de Crédito y Fomento, de la Sociedad Valenciana de Tranvías, y Director gerente del Banco Peninsular Ultramarino. Fue autor de diversas obras, como Del Turia al Danubio. Memoria de la Exposición Universal de Viena, Estudios sobre la Hacienda española, de una interesante obra titulada El impuesto sobre la renta, así como autor de numerosos discursos económicos, políticos y literarios, muchos de los cuales se conservan en la RSEAP.
Librero y bibliógrafo, nacido en Valencia, Pastor Fuster cursó estudios de Filosofía en la Universidad de Valencia, demostrando tempranamente una gran afición a la bibliografía fomentada por una vida rodeada de libros, pues su padre era librero. Fue a esta profesión a la que dedicó su vida Pastor Fuster, regentando una librería a la que acudían los más destacados intelectuales del momento, como Francisco Pérez Bayer, Mayans, Francisco Javier Borrull, y Jaime Villanueva, entre otros. No abandonó totalmente sus estudios, pues conocía a la perfección la lengua francesa, italiana y otras materias. A principios del siglo XIX trasladó la librería familiar a la calle de Campaneros, donde se dedicó también a la encuadernación de libros. Durante la Guerra de la Independencia formó parte de la Compañía del Primer Batallón, y en 1813 lo encontramos como Alcalde en el cuartel del Mar. Fue en 1817 cuando comenzó a redactar la que sería su obra más importante, la Biblioteca Valenciana (1827-1830), obra en dos volúmenes, donde demostró un gran conocimiento de las bibliografías clásicas valencianas, y de sus principales archivos y bibliotecas, que ahora nos ofrecía a modo de repertorio de autores desde los primeros conocidos hasta el siglo XVIII, incluyendo, por primera vez, autores árabes valencianos, hasta un total de ciento veintisiete referencias. Un total de 947 escritores aparecen referenciados por Pastor Fuster en la citada obra, donde además, incluye un Breve vocabulario valencià y castellano de las voces más oscuras o anticuadas. Para su edición, Fuster solicitó una ayuda económica a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, entidad de la que era socio, y que le otorgó un préstamo de 4.000 reales sin intereses el 8 de abril de 1829.  
Historiador y escritor nacido en Játiva. Las circunstancias familiares le llevaron a marchar a Madrid donde, después de una época de trabajos administrativos como funcionario en el Ministerio de Hacienda, se dedicó a estudiar la carrera de Filosofía y Letras. Colaboró por estos años en diversos periódicos en los que firmaba con pseudónimos como "Fernando de Córdova o Fernando Vahillo". Fue profesor de lenguas vivas en las Escuelas Pías de San Fernando de Madrid. En 1870 publicó su primera obra titulada Francia y Prusia. Crónica de la primera guerra. También publicó El Duende, periódico político donde atacó a Ruiz Zorrilla y a los radicales. Unos años más tarde, estrenó su primera y única zarzuela, El Marino. En 1873 lo encontramos en Valencia donde estrenó diversos dramas en el teatro de Ruzafa. De regreso a Madrid, colaboró en la Gaceta Popular, y publicó sus primeras novelas históricas, Mariola, Memorias de un convento, los caballeros de Játiva, los heroes de Montesa, y El Anticristo se acerca (1878). Al parecer su situación económica no fue muy fructífera y ello le llevó en 1877 a hacer una solicitud de trabajo a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, de la que era socio, para ocupar la plaza de oficial en la Secretaria. La obra más ambiciosa y conocida de Perales fue la continuación de la obra del destacado cronista valenciano Gaspar Escolano, Las Décadas (1610-1611), bajo el nuevo título de Historia General del Reino de Valencia (1878-1880). Para ello, revisó, anotó y amplió la obra de Escolano. Fue un asiduo colaborador en prensa, en periódicos como La Correspondencia de Valencia, y El Correo de Valencia. En 1888 se trasladó a Barcelona donde colaboró muy activamente en el Noticiario Universal de Barcelona. Publicó además diversas leyendas y tradiciones valencianas, así como numerosas biografías.
Catedrático de hebreo en la Universidad de Valencia y Salamanca, Canónigo de la catedral de Toledo, canónigo arcediano de la catedral de Valencia, bibliotecario mayor del rey y preceptor de los infantes reales. Fue uno de los personajes más influyentes de la España del siglo XVIII, que desde la Corte supo ganarse la amistad del monarca, ministros, e influyentes personalidades que le permitieron situarse en las más altas responsabilidades políticas, culturales y religiosas del momento. Inició sus primeros estudios entre Benicassim y Valencia, en cuya Universidad estudió Teología. Decidió ampliar estudios en Salamanca, y en 1738 marchó de nuevo a Valencia, como secretario del arzobispo Mayoral, hasta que consiguió la plaza de catedrático de hebreo en Salamanca. En 1749 fue asociado junto al jesuita Burriel en la Comisión de Archivos. Tras el cambio de gobierno de Fernando VI, y la expulsión de los jesuitas del gobierno, Pérez Bayer se ganó el favor del nuevo gobierno presidido por Ricardo Wall, y de personajes como Campomanes. Por entonces marchó con una beca a Italia, donde además de cultivar su pasión por las antigüedades tuvo la oportunidad de conocer personalmente al futuro monarca Carlos III. A su regreso a España fue nombrado canónigo tesorero de la catedral de Toledo, y realizó el catálogo de manuscritos de la biblioteca de El Escorial. A raíz de la expulsión de los jesuitas fue nombrado preceptor de los infantes reales, desde donde comenzó a influir sobre la política cultural del gobierno, en ámbitos como la reforma de la Universidad y de los Colegios Mayores. Es entonces cuando comenzó a situar a sus fieles en los principales cargos culturales, como los Reales Estudios de San Isidro, la plaza de Cronista de Indias, o el rectorado de la Universidad de Valencia. Accedió a la plaza de bibliotecario mayor de la Biblioteca Real, fue nombrado académico de honor de San Petersburgo y Göttingen, participó muy activamente en los proyectos de la Real Academia de la Historia, y realizó un interesante viaje por Andalucía y Portugal que nos dejó manuscrito. Fue autor de numerosas obras sobre temas históricos y literarios, y sobre lenguas orientales, como el hebreo y el fenicio. Entró a formar parte como socio de la Real Sociedad Económica de Amigos del País en 1776.
Médico y Botánico. Doctorado en Filosofía, obtuvo en 1815 el título de Médico, siendo posteriormente profesor de Patología y Botánica de la Universidad de Valencia, y en 1829 catedrático de Materia Médica. Fue precisamente este año cuando fue nombrado Director del Jardín Botánico de Valencia, cargo que ocuparía hasta el año 1863, después de haber sido comisionado por la Universidad de Valencia para estudiar Botánica en el Real Jardín Botánico de Madrid, donde tuvo la oportunidad de formarse con algunos de los principales discípulos de Cavanilles, como Mariano Lagasca y Demetrio Rodríguez. Bajo la dirección de Pizcueta el Botánico de Valencia alcanzó su mayor esplendor. Desarrolló una intensa actividad de ordenación e incremento de las colecciones de plantas, y construyó las instalaciones adecuadas para la aclimatación y cultivo de especies exóticas, como el hivernáculo y el umbráculo. Modernizó la Escuela Botánica. En 1856 publicó el primer catálogo de plantas del Jardín, donde figuran más de 6.000 especies diferentes. Unos años más tarde, en 1859, Pizcueta fue nombrado rector de la Universidad, desde donde continuó trabajando para mejorar las instalaciones del Botánico, donde instaló en 1861 una estufa tropical, pionera en la España del momento, y organizó el gabinete de historia natural. Colaboró estrechamente con la Real Sociedad Económica de Amigos del País, de la que fue socio, director de su sección de ciencias naturales, y Presidente, a la que elevó diversos informes, y a la que le cedió terrenos del jardín para realizar las clases prácticas de agricultura, pues la RSEAP creó en 1818 la primera Cátedra de Agricultura vinculada a la Universidad de Valencia. En 1862 publicó el primer Delectus Seminum in Horto Botanico Valentino o catálogo de las semillas recogidas en el jardín. También nos dejó escrito un Elogio histórico de don Antonio José Cavanilles (1830).
Representante de la nobleza valenciana, poseía diversos territorios valencianos, como las baronías de Planes y Patraix. Pertenecía a la Maestranza valenciana y a la orden de Montesa. Retirado tempranamente para dedicarse a su patrimonio privado, combinó su participación política conservadora con sus aficiones literarias, dejándonos interesantes obras como la conocida Guía urbana de Valencia Antigua y Moderna (1876), y una obra sobre Los Gremios de Valencia, premiada en los Juegos Florales de 1882. Fue designado Senador en representación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia en 1877, entidad con la que participó en diversos eventos. Fue también director del Hospicio de Nuestra Señora de la Misericordia y promotor de la Gran Asociación de Beneficencia de Nuestra Señora de los Desamparados.
Militar. Formado en París y más tarde en el Estudio de Mineralogía de Madrid. Perteneció a la Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona. En 1803 ocupaba el cargo de vicesecretario de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia, que le encargó formar un gabinete de rocas y minerales del territorio valenciano. En 1804 publicó un primer Catálogo del mismo, y en 1806 redactó otro, que presentó a la Junta de la Sociedad. Aunque este segundo no fue impreso, si que contribuyó a difundir en Valencia el sistema mineralógico más prestigioso de Europa, el de Abraham G. Werner. Nos dejó diversas obras, entre las que destaca su Memoria indicativa de los minerales de que abunda la Provincia de Valencia (1805), así como diversas obras de temática militar. La Real Sociedad Económica custodia en la actualidad diversas obras manuscritas suyas, entre ellas algunos estudios mineralógicos sobre la sierra de Espadán y la margen izquierda del río Turia.
Técnico agrónomo. Miembro destacado de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia. Autor de una obra de referencia en los estudios agrarios, en diez volúmenes, Agricultura general y gobierno de la casa de campo (1765-1795), que contribuyó de forma notable a la difusión de las innovaciones agrarias europeas, y de autores y obras europeas, como Jethro Tull, creador del "nuevo método". En 1781 la Sociedad Económica le editó una Instrucción para el cultivo del lino con las preparaciones para su hilaza (1781), a la que también presentó diversos estudios sobre el esparto (1783), el cáñamo (1785), y los olivos en el Ampurdán (1783). La Sociedad Económica le encargó la redacción de un cuestionario acerca del lino de Siberia que iba a enviarse a Rusia (1782), así como diversos informes sobre "la conservación y uso de la planta de esparto en el Reino de Valencia", y "la repoblación, aumento y conservación de los montes de este Reino" (1794).
Zoólogo y anatomista. Estudió Medicina en Valencia, y en 1792 ganó la oposición de disector anatómico. En 1798 fue nombrado comisionado en el Gabinete de Historia Natural del Gran Ducado de Parma, donde permaneció hasta 1802 a cargo de sus colecciones y como docente de zoología. En 1804 preparó una colección de aves para el Real Gabinete de Historia Natural de Copenhague. Fue nombrado en 1807 "socio de mérito por las ciencias naturales" de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia. Publicó un importante trabajo sobre las aves de la Albufera, Índice de las aves que forman la colección completa de las especies propias de la Albufera, disecadas y clasificadas (1808), cuyo manuscrito original se conserva en la Sociedad Económica. Ocupó una de las cátedras de anatomía de la Universidad de Valencia durante la ocupación francesa, pero la represión absolutista de Fernando VII lo destituyó. En consecuencia, su importante obra de zoólogo y anatomista no se desarrolló en Valencia, sino en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, donde impartió el primer curso de anatomía comparada que se realizaba en España, tras adquirir prestigio trabajando al servicio del Gran Ducado de Parma y de Dinamarca. Fue un extraordinario dibujante como así lo atestigua su magnífico atlas pictórico Clasificación de los insectos para el uso de la Reyna (1817).
Los orígenes de la historiografía jurídica del derecho valenciano se remontan a finales del siglo XVIII, y concretamente a la figura de José Villarroya. Alcalde honorario de Casa y Corte por nombramiento de Carlos III en 1782, el abogado valenciano trabajó diversos temas, entre ellos el relativo a la secular orden de Montesa, con su obra Tratado de todos los derechos,,. bienes y pertenencias... de la real y militar orden de Santa María de Montesa (1786). También nos dejó importantes escritos sobre los bienes de realengo en posesión de las llamadas "manos muertas". La contribución más importante de Villarroya a la historia del derecho valenciano vino de su obra Apuntamientos para escribir la historia del Derecho valenciano y verificar una perfecta traducción de los Fueros (1803). Como señala en la Introducción a la obra, durante sus años en la escuela quedó prendado de la lectura de los Fueros de Valencia, y es por ello por lo que intentó llevar a cabo una edición de los Fueros en lengua lemosina, proyecto éste que años antes había intentado también don Gregorio Mayans, si bien ambas empresas quedaron en el tintero. El interés que sintió Villarroya hacia los Fueros se vio materializado en los Apuntamientos, dedicados en exclusiva a las diversas ediciones y traducciones del documento legislativo valenciano. El abogado valenciano nos dejó inédita una Historia del derecho valenciano, escrita en 1790, que contenía una edición de los Fueros, actos de Cortes y privilegios del Reino de Valencia. Respecto al trabajo foral de Villarroya, con posterioridad los estudios de Roque Chabás, matizaron muchas noticias equivocadas del abogado ilustrado, sobre todo las relacionadas con las primeras medidas compiladoras acordadas por Jaime I. El trabajo de Villarroya fue la piedra angular sobre la que giraron los posteriores estudios de los siglos XIX y XX.